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viernes, 12 de junio de 2015

DISPARA!

Alvin Reyes

Siéntate. Quieres tomar algo. Una cerveza por favor. Mira te mandé a buscar porque sé que tú me crees sin que yo te cuente nada, lo hago porque si siguen hablando vainas y me matan quiero que por lo menos alguien sepa lo que de verdad ocurrió. Yo sé que al Hombre le han dicho muchas cosas pero nada de lo que pasó fue mi culpa, a mí me encargaron un trabajo e intenté cumplirlo, todo lo demás fue por el error de los otros, de los que metieron en esto al hombrecito de mierda ese. Perdón por hablar asi de un muerto pero es que estoy encabronado hasta los cojones. Te digo que la cosa pasó rápido. La culpa no fue mía. Hice lo que me tocaba, pero el muchacho no tenía mucha experiencia. Mucha no. Ninguna. Era un tipo joven, pero no lo digo porque fuera joven, he conocido muchos jóvenes con agallas para este negocio. Lo que pasa es que el no sabia en lo que se estaba metiendo. Imagínate un contador sin empleo con tres mil líos y deudas. Julián, dizque por ayudarlo, lo contrata para que lleve los libros y los pagos que se hacen a las gentes del Hombre. Pero ojala tú le vieras, una porquería de hombre, pobre infeliz. Lo primero es que no sé en qué diablos andaba pensando Julián que no le dijo al comemierda ese que ocultara bien esos libros. Tu estas oyendo? El hombrecito tenía los libros en su casa, en su mesa de comer, en la casa de su mujer y su suegra como si fuera la tarea de la universidad. Y cuando la DNCD hizo el allanamiento, bingo!, encuentran todos los libros. Ya tu sabes muchacho en esos libros están los nombres de todo el mundo hasta el del General, el que es medio familia tuya. Del síndico de Jurungo, del fiscal de Jurungo, muchacho ya tú sabes una bomba, por suerte que no lo agarraron a él en ese momento, pero se llevaron a la mujer y a la suegra. Mira que lio. Entonces me llama Julián ahogándose, que si agarran al tipo nos fuñimos toditos, que si el Hombre se entera de que metimos la pata nos llevó el diablo, oye, tu estas oyendo?!. Dizque nos llevó el diablo, dizque metimos la pata, como si yo tuviera algo que ver con eso, yo no tengo ningún participación en las operaciones, yo ni siquiera vendo la vaina esa, lo mío es ajustar cuentas y hacer trabajos específicos, yo le doy para bajo a la gente a quien me mandan. Punto. Yo no jodo con negocios, y todos ustedes, perdón que te incluya, deben saber eso, lo mío es hacer mandados, no me meto en negocios. Entonces Julián me pide que esconda al muchacho, yo vacilé un momento, pero, tú sabes, Julián y yo, los años en esto. No me pude negar. Me dan una dirección, paso a buscar al hombre y, ríete, un hombrecito, en todo el sentido de la palabra, no ombe, Julián debe aprender mas, como busca semejante elemento. Te digo que el pobre tipo estaba muerto de miedo. Cagandose. Le dije que tuviera confianza, yo le escondería bien, lo tranquilicé un poco. Ahora te digo algo tienes que hablar con el Hombre en serio, yo creo que, creo no, estoy seguro de que estamos infiltrados, si no, no se explica, Julián me dio  la dirección en persona, en la calle, como me estaban siguiendo los agentes de la DNCD?  A mí, dime? Ojala yo pudiera verlo antes de que me maten para explicarle, o a lo mejor me vendieron, que se yo, asi salian de mí, no pero no pueden ser tan brutos, porque ellos sabían que yo era el único que podía sacar a su hombre de donde estaba y llevarlo a un lugar seguro. Te digo que cuando estábamos por salir y que el contador recogía alunas cosas me olí algo, hermano, la experiencia. La cosa no estaba bien. Miro por la ventana y que crees, estábamos casi rodeados, agentes por todas partes. Mantuve la calma. Me fui a la parte trasera y vi que había una posibilidad saltando algunos callejones. Rápidamente saco una pistola y se la doy, me mira como un idiota. Casi le obligo a que tome el arma y le indico en silencio que me siga. Te digo todo esto porque Julián anda por ahí diciendo que yo deje que mataran al tipo. No, lo que hice fue comportarme de acuerdo a las circunstancias, tampoco iba a dejar que me mataran. Bueno, saco dos pistolas mas, tú sabes que yo no escatimo precauciones. Le doy una patada a la puerta trasera, salgo corriendo y le grito que me siga, o sea, atiende bien, tengo que ir por un callejón, rodeado de agentes pendiente a él y a mi, no coño!, pero Julián no puede seguir hablando de mi así. Tomamos a los agentes por sorpresa, creo que logré matar dos, en el callejón siguiente nos salen dos más, maté uno y salté por la pared, el otro lo acorraló y yo le grito: Dispara!. Se quedó temblando, sudando de miedo con el revolver casi cayéndosele de las manos, me miró con unos ojos de gato triste que me partieron el alma iba a dispararle al agente que lo tenía acorralado pero entonces me cayó encima una lluvia de balas y tuve que saltar por la pared oí varios disparos  y corrí como un demente, oye crucé la Anacaona sin darme cuenta de que tenía dos pistolas en las manos, casi me atropellan, me les perdí por el Mirador de milagro. Y después de eso todo lo que he oído es solo calumnias sobre mí, eso es Julián limpiándose del lio. Te lo digo yo, diga lo que diga Julián, no tuve culpa. Se dejo matar como un comemierda. Ahora, me dio pena, este no era su mundo. Fue una muerte inútil. Quieres otra cerveza?.