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viernes, 17 de agosto de 2012

Sam Peckinpah: La Pandilla Salvaje


“If they move…..kill´em!”

Alvin Reyes

Si me pone a elegir diré que mi genero favorito es el western muchos dirán entonces esa es la razón por la que considero The Wild Bunch como la mejor película que he visto. No. Siendo honesto muchos de los westerns pueden clasificarse como clase B.  Entonces que hace a esta película tan especial que 40 años después aún sigue siendo considerada una de las mejores de todas las épocas ocupando el lugar 80 de la lista de las mejores 100 de la  AFI?

Veamos primero la historia: el oeste empieza a cambiar, a convertirse en “civilizado”, surge el automóvil y en medio de este florecer se encuentra una pandilla de forajidos violentos, ya entrando a la edad madura, liderados por Pike Bishop (William Holden) planificando un último golpe que les permita el retiro,  pero  caen en una emboscada y logran escapar bajo una lluvia de balas solo para descubrir que en las fundas solo hay arandelas de plomo. A la pandilla de   Pike y Dutch Engstrom (Ernest Borgnine), Freddie Sykes (Edmond O'Brien), Angel (Jaime Sánchez) y los hermanos Gorch (Warren Oates y Ben Johnson) no les queda más remedio que huir a  México donde deciden robar un tren para el General "Mapache" Juerta (Emilio Fernández en una actuación memorable), todo esto bajo la amenaza de los cazas recompensas dirigidos por un ex miembro de la banda y antiguo amigo de Pike Deke Thornton (Robert Ryan ) quien es obligado a perseguirlos a cambio de su libertad. 

Pero lo que hace a esta película realmente especial es la brutalidad de su violencia. La escena inicial es un portento. En medio de un tiroteo entre caza recompensas y los forajidos queda atrapada una congregación religiosa que marcha al iniciarse la batalla. Los impactos de bala sobre los cuerpos, el intento desesperado de los forajidos por salir de la trampa mientras los cazadores no dan tregua y disparan inmisericordes si importar matar a los ancianos y niños de la marcha religiosa:
 
Y qué decir de la batalla final que tiene ribetes de leyenda.
 
Para lograr un mayor efecto en los niveles de violencia Peckinpah inicio con este film lo que 
sería su marca de fábrica:
 
“Este concepto de reproducir el film a distintas velocidades desde normal hasta súper 
cámara lenta es un elemento clave el poder de la violencia de la pandilla salvaje así 
como en los films siguientes de Peckinpah. Esta tensión ha sido la marca distintiva de 
la violencia delos films de Peckinpah” (Garner Simmons. Peckinpah a portrait in 
montage.  University of Texas Press.  1982. Pag.85.)
 
Puedo decir tranquilamente que La Pandilla Salvaje no es solo un film brillante, sino uno de los grandes Western jamás filmados.





Ficha Técnica:
·  Año: 1969
·  Duración: 139 mins
·  Género: Western
·  Director: Sam Peckinpah
·  Cast: William Holden, Ernest Borgnine, Robert Ryan, Edmond O'Brien, Warren Oates, Jaime Sánchez, Ben Johnson, Strother Martin, Alfonso Arau, Emilio Fernandez, Strother Martin,L.Q. Jones,Albert Dekker,Bo Hopkins,Dub Taylor,Paul Harper,Jorge Russek,Chano Urueta,Elsa Cárdenas,Bill Hart.














 

jueves, 16 de agosto de 2012

El Obsceno Pajaro de la Noche


Alvin Reyes
 
El Obsceno pájaro de la noche es toda una hazaña de la imaginación. Es un experimento por llevar a las letras los límites de la conciencia humana. Si se me pidiese una palabra para describir esta novela solo diría: devastadora. Nadie que lea el Obsceno pájaro de la noche saldrá indemne de su lectura.
El padre de Humberto Peñaloza siempre tuvo el deseo de que su hijo progresara en la vida, que fuera alguien, que fuera un caballero.

“Inflamado con el ímpetu de su nostalgia que se iba a apaciguar durante quizás unos instantes al comprarme un disfraz de caballero, yo lo acompañaba feliz, como si ese traje nuevo me fuera a abrir una ventana sobre un paisaje insospechado donde todo era posible, sí, por qué no, papá, voy a ser alguien, un gran abogado, un gran político, mire las notas excelentes que saco en el colegio, oiga lo que mis profesores dicen de mis adelantos en historia, en inglés y en francés y en latín, sí, estudiaré, haré todo lo que usted me proponga, se lo prometo, encarnaré su sueño para que no sufra más, no soporto sentir esa tristeza que usted siente. El traje que íbamos a comprar tenía que ser bueno, durable, holgado para que no me quedara chico demasiado pronto, poco vistoso para que la gente no se diera cuenta de que era mi único traje, y lo más barato posible “ (El Obsceno pájaro de la noche. Plaza y Janes 1994. Pag.93)

Tiempo después Don Jerónimo le contrata como su secretario particular. Don Jerónimo se casa con Inés de Santillana de la cual Humberto se enamora. Después de muchos intentos y por medio de un arte que no revelare aquí Don Jerónimo e Inés logran tener un hijo pero este es un monstruo. Conmovido con su hijo monstruo Don Jerónimo Arregla su hacienda, La Rinconada, y recorre el mundo buscando seres monstruosos de modo que su hijo viva con ellos en el castillo y crea que lo monstruoso es lo normal. 

“Llegó a ser cuestión de orgullo para Humberto Peñaloza presentarle a don Jerónimo ejemplares más y más fantásticos, creaciones insólitas con narices y mandíbulas retorcidas y la floración caótica de dientes amarillentos repletándoles la boca, gigantes acromegálicos, albinas transparentes como ánimas, muchachas con extremidades de pingüino y orejas de alas de murciélago, personajes cuyos defectos sobrepasaban la fealdad para hacerlos ascender a la categoría noble de lo monstruoso”. (Ídem. Págs. 213-214)

Hasta aquí esa trama de por sí sola es formidable. Pero si a esta historia, que no he revelado del todo por razones obvias, se le une una voz narradora que no distingue de presente y pasado, que cambia de un momento a otro de sexo una voz que es un torrente que se desborda que se adentra en lo recóndito y saca lo más oscuro y sucio del alma humana.

“Siento tu olor aquí, aunque avanzando detrás, siento el olor a vejez y a decrepitud y a codicia libidinosa que va a vencer tu olor, rozo tu mano áspera y la retiro insultado por esa aspereza, pero aguardo en silencio porque todavía eres Inés, quiero estar bajo tu sábana, en la aureola de tu calor que hará resurgir en mí la potencia que tengo yo y no tu marido, deja que mi deseo traspase la barrera repelente de tu actualidad, déjame desnudo junto a ti para que vaya descartando tu fealdad, tu rapiña, tu vejez, tu locura, tu estupidez, disfraces sucesivos que nunca te sacaste, déjame tolerar un poco más tu fetidez para descubrir, en el fondo horrible de tu olor, a la Inés incambiable oculta bajo esta ruina sucia, déjame invocarte como debiste ser siempre para que mi potencia te reconozca aquí en el calor tuyo que acaricia mi cuerpo desnudo. Duermes. Te oigo dormir. stima que ronques”. (Ídem. Pág. 429).

El propio José Donoso revela aquí que escribir la obra fue una lucha contra  su ulcera:




El Obsceno pájaro de la noche es, en fin, una obra total sobre los límites de la devastación humana, una obra de profunda exploración psicología y que, advierto, se la he recomendado al menos a  tres amigos y no han podido terminar de leerla, tal es la sordidez con que está escrita.